Mi visita a la ciudad de Oporto tiene una misión específica, que es la documentación de un trabajo artístico de relevancia en estos tiempos en los que nos vemos propulsados a crear paz. En este sentido también significa para mí una conquista y una experiencia para conocer nuevos públicos y conductas de consumo de arte y cultura.
Aunque como artista deseo expresar a mi mundo circundante lo que “me baja” a los dedos (en el piano) y la voz, creo que es requerido saber cómo se comporta el consumidor cultural de cada región en la que pienso pueden las artes tener algún impacto.
Europa es definitivamente un destino a tomar en cuenta, y cada una de sus regiones cuenta con su propia idiosincrasia.
Por otro lado, aunque la creación del artista es singular y única, pareciera que las tendencias y la psique colectiva occidental dicta el camino a seguir de una manera tácita.
Salir del nido es requerido, para comprobar cada una de estas hipótesis y saber cómo difundir nuestras obras, en mi caso, y en el de la mayoría de los artistas, para contribuir en beneficio de la paz de espíritu-alma-psique de nuestra audiencia.
En el vídeo:
Gustavo Méndez-Liska y yo, en la Rua de Miguel Bombarda. Lo que señalamos es la galería São Mamede, sede de Oporto en Portugal
La documentación del evento multidisciplinario está a cargo de la organización sin fines de lucro Mundo Redondo con sede en Viena Austria
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